Tal vez podamos dialogar a párpado caído,
caer en el refugio de huídas y volver a tomar
el mismo paso el mismo desvío, la misma incierta
necesidad de irnos, en paisajes grises, en barcasas vacías,
apoyar con un gesto impreciso, inefable, este abandono
sin lluvia... La tarde tiene alas encogidas y es lindo verla
caer en gajos sobre el niño que quizás un día
duerma entre nosotros...
Marta Macías(tresarroyense)
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