Dios, regálame un sueño
que los míos se murieron
de una fiesta quinceañera
con unos zapatos altos
y el primer lápiz de labios.
Me siento tan vieja ahora,
aún teniendo pocos años…
Fue tan hermosa mi infancia,
tan plena mi adolescencia
más de aquello nada tengo,
tan sólo hermosos recuerdos.
Dios, regálame un sueño
ahora que ya no tengo
ni infancia, ni adolescencia
hoy que soy joven por fuera,
hoy que soy vieja por dentro.-
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